lunes, 21 de mayo de 2018

Entrevista a la escritora PILAR SC - Quédate conmigo. Operación Kapo

 
Todas las preguntas reflejadas en esta entrevista se formularon a Pilar SC por diferentes personas desde la publicación de su primera novela “Quédate conmigo. Operación Kapo” hasta la fecha. En un intento de mostraros de forma original una versión más personal de la escritora, ella misma ha querido compartirlas con vosotros:

 ¿Por qué la mafia rusa? ¿Por qué escribir sobre una de las mafias más temidas internacionalmente?
Es cierto que cuando se pronuncia la palabra “mafia” en la mayoría de los casos se piensa en la “Cosa Nostra”, que son los gánsteres sicilianos que llegaron al cine de la mano del director F.F.Coppola y su maravillosa trilogía “El Padrino”.
Pero con los años, estos mafiosos sicilianos perdieron poder y dejaron de ser los amos del mundo, apareciendo otras organizaciones criminales tan temidas como la siciliana que adquirieron su propio nombre, usurpando parte de esa autoridad que antes poseía por completo la “Cosa Nostra”: la “Ndrangueta” (mafia calabresa), la Camorra (mafia napolitana) y Los Zetas (mafia mexicana, sobre la que además he tenido el placer de leer hace bien poco en una novela de Pamela Clare “Sin Salida”; una de mis escritoras preferidas en el género). Fuera de Italia también aparecieron grupos criminales como la mafia turca, la israelí, la albanesa, las bandas latinoamericanas, los “maras” (en Centroamérica), la mafia china organizada en triadas (una de las más violentas), la mafia japonesa o la “Yakuza” y la mafia rusa, con actividades delictivas tan significativas como la extorsión, el tráfico de armas y personas y el manejo de la prostitución, además del narcotráfico. Sin duda, ocupaciones que llamaron potencialmente mi atención y que eran perfectas a mis fines.
 
 ¿Por qué dos protagonistas narrando la historia, a veces incluso con un narrador añadido?
Es cierto que en un principio la historia iba a ser contada solo desde el punto de vista de Adriana Bravo, la protagonista. Sin embargo, contar la versión de los hechos únicamente desde sus ojos empalidecía los tejemanejes de la mafia rusa, su organización interna, su forma de operar, sus objetivos, su forma de pensar y actuar, tanto sobre lo que me había documentado y leído que me parecía –como poco– injusto.
También pensé en escribirla únicamente con los ojos de Kirill Zozlov, el personaje principal del grupo criminal, pero de este modo me veía obligada a narrar la historia en tercera persona para evitar perder por el camino detalles importantes, escenas necesarias para entender la trama.
Casi a mitad de novela, tuve que empezar de cero y reescribirla introduciendo un segundo cronista, quedando la narrativa compartida finalmente entre Adriana Bravo, que sería la imagen del bien, y Kirill Zozlov, que definiría la versión del mal desde su depravación y sus numerosas psicopatías.
Introducir un tercer narrador fue únicamente por cortesía, para dignificar la increíble labor que hace la policía nacional en nuestro país, como broche de oro en la historia. En la segunda novela de la trilogía, de hecho, la policía adquiere mucho más protagonismo.
 
¿Cómo puedes escribir en dos géneros tan distintos?
(Risas) La novela negra y la romántica me apasionan tanto, me atrapan de tal manera que renunciaría a dormir para devorar libros enteros sin arrepentirme por hacerlo. (Risas) Vale, esto ya lo he hecho. De hecho, cuando era niña, mi padre me regañaba por leer cada noche hasta las tantas. El peor castigo que podía infringirme era prohibirme leer. ¿Irónico, verdad? (Más risas)
(Se pone seria) A mí me enseñaron que el amor es el motor de la vida, el que lo mueve todo; y es verdad. Escribir una novela de suspense sin introducir una gran historia de amor en ella me parecía imposible, así que me la jugué. Introducir en la intriga al que sería el personaje principal de la historia romántica fue todo un reto. No quería que surgiera de la nada pero tampoco quería forzar su aparición. Tuve que jugar bien mis cartas y, si te soy sincera, quizás fue lo que más me costó de toda la novela. Él tenía un papel importante pero no necesario. Podía prescindir de su personaje pero no quería hacerlo. Me complicó mucho la labor de avanzar en la trama pero, tras comprobar el resultado final, no renunciaría a él ni a su influencia en la historia.
 
¿Qué te es más fácil, escribir suspense o romántica?
Ufff (eleva los ojos al cielo, pensando). Escribir suspense implica pensar bien los pasos que voy a dar en cada capítulo y cómo voy a darlos, saber desde un principio quién es el malo y cómo voy a ir desenmascarándolo poco a poco sin resultar evidente, qué pistas voy a dar al lector, cómo voy a desviar su atención… Escribir romántica, simplemente, es dejarme llevar. Me resulta más sencillo. Escribir suspense es un reto mientras que escribir romántica es el contrapunto.
Cuando escribo, me pongo en la situación del protagonista: intento ponerme en su lugar, ver los hechos con sus ojos, me siento como él… Por ejemplo, cuando estoy describiendo una escena especialmente delicada en la que el malo hace alguna atrocidad, mi corazón se salta más de un latido. Sufro tanto escribiendo determinadas escenas que a veces me pregunto por qué me he metido en semejante berenjenal. La barbarie está a la orden del día en el crimen organizado. Sin embargo, saber eso no me calma. Normalmente, después de plasmar sobre papel algunas de esas escenas tan encarnizadas, he tenido que coger a mi perro, salir a dar una vuelta y tomar aire; me asfixiaba. Me ha resultado muy, muy complicado escribir según qué actos. Incluso se me ponen los pelos de punta cuando las leo ahora; ni siquiera soy consciente de haber escrito determinadas escenas. Es increíble lo que implica ser absorbido por la historia cuando la plasmas en papel.
 
¿Qué piensas sobre la salud del mundo de la romántica?
(resopla) Personalmente pienso que este género ha ido degradándose poco a poco. Contar una historia de amor es fácil. Contar una historia de amor diferente es lo complicado, más aún hacerlo bien. Estamos hartos de ver en el mercado historias de chica perfecta encuentra a chico aún más perfecto que se enamoran y son felices para siempre, eso si además el escritor o escritora no introduce elementos al más puro estilo de Crepúsculo o Cincuenta sombras de Grey. Me encanta la romántica, de verdad, pero me gusta la que cuida la trama, los personajes, los detalles, las historias que te hacen sentir. Nora Roberts, Lisa Kleypas, Isabel Keats, Danielle Steel, Victoria Holt (mi mentora en este género), Cherry Chic, Mariah Evans, Victoria Magno, Ana Álvarez, Karin Slaughter, Huntley Fitzpatrick, Diana Palmer, Pamela Clare, Brenda Novak, Christine Feehan son increíbles en este género.
Si a las tramas mal escritas añadimos el boom que ha provocado el nacimiento del e-book y la auto publicación, podemos decir que este sector ha sufrido una cuchillada en la espalda casi imposible de sanar. Ahora parece que todo está permitido, que no hay excusa para no escribir, mucho menos publicar. Pero, ¿quién pone los límites? ¿Quién dice qué historia está bien escrita y cuál no? Ahí está la diferencia y el hilo es tan fino que cuesta verlo. Insisto en que el género puede no gustarte pero la historia ha de contarse bien siempre, sin excusas, y es ahí donde está fallando este género tan demandado.
 
¿De dónde viene tu inspiración?
De todo y todos (risas). Conversaciones escuchadas de casualidad, noticias de la televisión, vivencias de personas cercanas a mí, frases sueltas de gente que pasa por mi vida de manera temporal, fotos vistas en internet… La verdad es que me inspira cualquier cosa. ¡Qué gran verdad es esa de “soy escritora, ten cuidado con lo que dices porque puede ser usado en un libro mío”!
 
¿Todo lo que escribes es ficción o son mentiras disfrazadas que pueden llegar al fondo de una verdad?
(Baja la mirada a su regazo, pensativa) Todo está basado en verdades desfiguradas. A ver, no todo lo que escribo me ha pasado a mí en primera persona pero sí le ha pasado a gente real, a personas como tú o como yo con un escenario diferente o en otro contexto. Todo lo que hace la mafia rusa en esta primera novela, por ejemplo, lo ha perpetrado esta organización criminal en la vida real de una u otra forma. Sus objetivos quizás sean otros y la forma de conducirse también, pero en el fondo la esencia es la misma. He intentado ser lo más objetiva posible, ceñirme a la realidad. De ahí que en el libro, por ejemplo, haya descripciones de escenas a manos de Kirill que me dejaron “tocada” cuando las di forma sobre el papel.
 
¿Qué puedes decirnos de los personajes? ¿En qué o quién te inspiras?
Adriana tiene mucho de mí pero también tiene mucho de personas que conozco y con las que trato casi a diario; es un batiburrillo de muchos caracteres fundidos en un solo personaje. En cuanto al protagonista principal de la mafia rusa existe en la vida real, no tanto como un solo sujeto sino como una suma de muchos, todos ellos pertenecientes a la misma organización criminal.
En la segunda novela de la trilogía (que actualmente está en edición), los personajes varían y la inspiración en la que me basé para modelarlos también. Hay muy poco de mí (por no decir nada) y hay mucho de otras personas que sin duda querrán rendir cuentas conmigo si la leen (risas).
Y en la tercera y última novela (que aún no he empezado a escribir aunque ya hay un boceto inicial), hay muchísimo de dos de mis amigas. De hecho, el personaje femenino es una mezcla de ambas; un honor que quiero rendirles.
Fuera de esta trilogía, hay un proyecto en el que estoy ahora mismo muy sumergida que no tiene absolutamente nada que ver con mafias ni con rusos. Es un trabajo muy personal en el que se mezclan muchos temores e inquietudes que además están a la orden del día en la sociedad de hoy. De momento, solo puedo decir que estoy orgullosa de lo que tengo hasta ahora.
 
¿Qué pasa cuando empiezas a escribir una novela?
Se paraliza el mundo (risas). ¡No es broma! Es como si literalmente se detuviese para mí. Me obsesiono con la idea de hacerlo todo tan perfecto que me documento hasta provocarme aburrimiento. Personajes, trama, conexión entre ellos, detalles importantes, peculiaridades de cada uno… Todo empieza a tomar forma en mi cabeza y en los esquemas que esbozo, y el tiempo parece no correr. Es cuando finalmente me pongo a ello, a darle forma sobre el papel, a escribir la historia, cuando el segundero empieza a funcionar de nuevo. Es un punto y aparte en mi vida.
 
¿Crees que un escritor puede elegir sobre lo que va a escribir o son las historias las que le eligen a él?
Sin duda, las historias le eligen a él. Y esto es lo que más me asusta porque dicen mucho del escritor. Si escribes sobre algo que no es tuyo, que no te ha nacido de dentro, se nota. Tienes que dejarte llevar por tu instinto. Olvídate de ser comercial o de intentar ser el súper-ventas del momento. Simplemente, escribe. Jamás te equivocarás si lo haces desde el corazón.
 
¿Tu infancia te ha favorecido o te ha entorpecido a la hora de escribir determinadas escenas?
Afortunadamente, en mi familia nunca han existido los tabúes. Recuerdo que mis amigas se sonrojaban con determinadas conversaciones que en mi casa se trataban con naturalidad, como algo normal. Hablar de sexo o de relaciones nunca fue un problema. Es más, nos animaban a hacerlo; quizás para evitar sorpresas (risas).
Mi infancia me ha favorecido a la hora de escribir, no solo por los temas “tabú” que no se daban sino porque en mi familia se leía mucho y eso, a la hora de escribir, se nota. El nivel cultural que se ha respirado siempre en mi casa ha marcado sin duda la diferencia. Mi madre era profesora, así que imagínate, y mi padre era y es un lector ávido. Creo que con esto lo resumo todo.
 
¿Crees en el destino o en el karma?
Sin duda. Creo que al final tienes lo que te toca. No es que las cartas estén echadas y hagas lo que hagas te va a dar igual porque ya hay un final escrito para ti sino que si siembras, recoges. Así de sencillo. Puede tardar días o años pero al final tienes eso que indirectamente tú has buscado para ti.
 
¿Crees que todo lo que te ha sucedido a lo largo de la vida fue obra del destino?
No sé si destino o no pero sí he tenido lo que yo solita me he buscado. Es un aprendizaje que me ha costado asumir. Sí te diré que después de todas esas decisiones, buenas y malas, he crecido muchísimo como persona y me he reinventado. Ahora mismo solo hago lo que me hace feliz y lucho con uñas y dientes por esa felicidad, la mía. Si no me hace feliz o no me aporta nada, lo saco de mi vida. Parece sencillo pero he renunciado a muchas cosas y a muchas personas por esta misma razón. A la larga, han sido decisiones acertadas y no me arrepiento de ninguna, aunque en su momento tuve ciertas dudas.
 
¿Fue un sueño hecho realidad publicar tu primera novela?
Publicar “Quédate conmigo. Operación Kapo” fue un sueño hecho realidad sin duda alguna. No hay palabras que puedan describir el cúmulo de sensaciones que tuve cuando me llegó a casa la versión impresa en papel: ansiedad, miedo, euforia, nervios, esperanza, orgullo, amor, felicidad… Es una sensación tan indescriptible que ponerle nombre empalidecería su significado. La portada, las advertencias, la dedicatoria, el “Sobre mí” del final… Todo se hizo con muchísimo amor y muchísima ilusión. Sin duda, una de las mejores experiencias de mi vida.
 
¿Ser escritora es la profesión que más te gusta?
Yo escribo porque me encanta plasmar sobre papel todas mis locuras, me gusta dejar volar mi imaginación, desahogarme con boli y papel, pero dedicarme a ello sería casi como renunciar a todo lo demás, a las otras alegrías que ocupan mi vida y que por suerte también me compensan: mi trabajo, mis estudios, mis otros grandes sueños.
Soy una mujer inquieta y aunque en un rinconcito recóndito de mi corazón me encantaría ser reconocida como una gran escritora, todas las demás ocupaciones de mi vida también me aportan una inmensa felicidad. De momento, compagino todas mis satisfacciones, mañana será otro día y no puedo decir “de esta agua no beberé” porque ni yo misma lo sé. ¿¡Quién lo sabe!?
 
¿Dónde comprar “Quédate conmigo. Operación Kapo”?
(disponible en formato físico y digital)
Puedes acceder al enlace de la novela, en el siguiente link:
 
 
 

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