lunes, 23 de diciembre de 2013

¿Quién no sueña con ser tratada como una princesa?

 
Desde bien pequeñitas, soñamos con ser coronadas con una tiara de diamantes y esmeraldas, vestir un elegante vestido de seda y tul y bailar con el hombre más dulce y apuesto del universo, nuestro príncipe. ¿Quién no soñó de niña con su propio cuento de hadas?

 
Las mágicas artes blancas auguran que soñar con un príncipe significa que ansiamos realizar planes de futuro. Igualmente, si hablamos con él en nuestros sueños, nuestra vida estará atravesando un momento muy bueno y seremos envidiados por todos. En cambio, si soñamos que el príncipe está montando a caballo, el presagio no podía ser peor, pues significa que atravesaremos malos momentos. Si, por otro lado, soñamos que únicamente lo divisamos entre nuestros sueños, estaremos colmados de halagos y alabanzas. Pero... ¿Y si soñamos que bailamos con ese apuesto príncipe? ¿Y si soñamos que, mirándonos fijamente a los ojos, nos confiesa dulces palabras de amor? ¿Y si soñamos que nos besa? ¿Qué significarían esos sueños?
 
 
Está claro que los sueños son para soñar, para volar, porque si no pudiésemos soñar mientras dormimos, ¿en qué momento del día podríamos hacerlo? ¿Cuándo podríamos dejar volar nuestra imaginación?
 
¡Yo quiero soñar! ¡Volar! Deseo tocar las estrellas y bailar con las nubes. Quiero soñar con nadar con los delfines y descubrir tesoros enterrados bajo el mar. Ansío cerrar los ojos y abrirlos encontrándome en una tierra lejana y perdida para disfrutar de la soledad. Deseo soñar, bailar, cantar, saltar, ser feliz... Deseo un príncipe, ¡mi príncipe! Un príncipe apuesto, dulce, cariñoso y que me haga reír, un príncipe ideal, mi príncipe ideal. Sí, ¡lo deseo! Y quiero que sea mío...
 
¿Y por qué no? Deseo que me mime, me cuide, me colme de cariño y atenciones, me idolatre. Deseo que me trate como a su princesa, que me ame y adore, que desee estar conmigo... haciéndome feliz, siendo felices los dos. ¡Deseo comer las perdices de la felicidad eterna!
 
 
En este post, os propongo amaros, quereros, adoraros. Os propongo besaros y abrazaros cuanto podáis, deciros "te quiero" desde el corazón y mirándoos a los ojos. Os pido que tengáis ese detalle que nunca termináis de hacer por falta de tiempo o por pereza. Os pido un poco de atención a vuestra pareja. ¡Ahora! Sí, ahora. Levántate del ordenador, acércate a ella o a él y bésale y abrázale. No tiene que haber ningún motivo para hacerlo. Es más, deberíamos hacerlo continuamente. ¡Es gratis! y da tanta satisfacción que es prácticamente imposible resistirse a hacerlo. Déjale notas de amor por toda la casa, escríbele mensajes de amor, cántale una canción o contrata una tuna. ¡Da igual! Simplemente, dile que le quieres y bésale y abrázale. Regalar amor y felicidad es gratis, completamente gratis.
 


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