jueves, 27 de febrero de 2014

¿Ciegos?

 
Estoy convencida de que todos tenemos sueños, metas, objetivos. Y también estoy convencida de que no todos conseguimos cumplirlos. Pero... ¿por qué?
 
Seguramente porque estamos ciegos, o no queremos ver. Nosotros mismos somos los que nos ponemos las limitaciones. Que si la edad, que si tengo esta lesión, que si no tengo tiempo, que si es muy caro, que si cuesta mucho hacerlo,...
¡¡Por supuesto!! Los sueños requieren esfuerzo pero, sobre todo, ganas, ganas de querer conseguirlos.
 
¿Nunca os habéis preguntado por qué hay personas que, por ejemplo, estando en una silla de ruedas, han volado en parapente? ¿O por qué, quizás, una persona de 87 años se ha sacado la carrera de Periodismo? Yo sí. Me lo he preguntado. Y siempre, siempre, siempre, obtengo la misma respuesta: porque tenían ganas, ganas de alcanzar sus sueños.
 
 
Es cierto que requiere esfuerzo, tiempo y dedicación, pero ¿no merece la pena? ¿El resultado no es gratificante y pleno? Tiene que ser una maravilla ponerte una meta y alcanzarla, gracias a tu esfuerzo, tu sudor y tu empeño.
 
Yo, por ejemplo, llevo tres años dedicándome a conseguir un objetivo que me marqué. Me está costando muchísimo esfuerzo, muchísimo tiempo y, sobre todo, mucho empeño. Pero no cejo de intentarlo. ¡Quiero conseguirlo! Mi objetivo es conseguirlo. ¿Y por qué no? Si otras personas en inferioridad de condiciones lo han conseguido, ¿por qué no yo? ¡Y aunque no hubiera otras personas en inferioridad de condiciones! ¡Ni en las mismas! Eso me da igual. ¡Yo quiero conseguirlo! ¡Yo voy a luchar por conseguirlo! Y voy a conseguirlo, por supuesto.
 
 
Si un caracol puede hacer racing y ser el ganador...
 
 
Si un muñeco de madera puede convertirse en un niño de verdad...
 
 
Y una bestia puede convertirse en un príncipe azul...
 
 
¿Por qué no iba yo a alcanzar mis sueños? ¿Por qué no ibas tú a conseguirlos? Sólo tienes que dedicarle tiempo, disciplina, esfuerzo y muchas, muchas, muchas ganas. ¡Suerte!
 

2 comentarios:

  1. La cruda realidad nos muestra que no siempre podemos dedicarnos a nuestros sueños y cuando perseguimos cualquier tipo de meta, los problemas que surgen por el camino pueden verse como trabas. Ahora si esa meta es un sueño que te apetece y te gusta, las piedras del camino nunca impedirán que llegues al final, además no solo disfrutaras con su consecución si no durante todo el camino. Un saludo

    ResponderEliminar