martes, 17 de junio de 2014

Historias de amor inventadas

 
Las "Historias de amor inventadas" son aquellas que creemos reales pero que, en realidad, no existen ni han existido nunca.

 
Conoces a un chico. Te mira. Le miras. Te sonríe. Le sonríes. Te vuelve a mirar. Apartas la mirada. Continúa mirándote. Le vuelves a mirar tímidamente. Te vuelve a sonreír. Le imitas. Os miráis. ¡Y ya está! ¡Ya sois dos! Una pareja. Una dualidad.
 
 
Habláis. Os intercambiáis los teléfonos. Quedáis. Cenáis. Salís. Vais al parque, al cine, a dar un paseo. Habláis por teléfono. Os mandáis fotos. Washappeáis. Os besáis. Os dais la mano. Volvéis a cenar juntos. Bailáis.
 
¡Y ya ha pasado un mes! Lo celebráis. Os volvéis a besar. Os sonreís. Os miráis. Os besáis de nuevo. Os contáis confidencias. Washappeáis. Viajáis. Vais al cine. Hacéis senderismo. Bailáis. Os sonreís. Os besáis. Os dais la mano. Os abrazáis. Os mimáis. Os tocáis. Hacéis el amor. Salís a cenar. Pasáis el día juntos. Os conocéis un poco más. Os gustáis. Os sentís más seguros, más importantes, especiales. Os besáis. Reís. Os presentáis a vuestros amigos. Os sonreís. Os besáis. Os sentís aún más seguros, más felices. Lo celebráis. ¡Ya ha pasado un año! Os vais de vacaciones juntos. Hacéis planes. Os besáis. Os abrazáis. Os confesáis vuestro amor. Y los días van pasando y vuestro amor va creciendo...
 
 
Confiáis en él, en su amor, en sus palabras. Os entregáis. Le presentáis a vuestra familia. ¡Ya está dentro! Os sentís especiales. Os amáis. Os queréis. Os adoráis. Y cuanto más parece crecer vuestro amor, mayor es el engaño que vais a vivir porque, a pesar de algunos de vosotros os hayáis casado, hayáis tenido hijos juntos, hayáis compartido muchos años de convivencia y hayáis incluso compartido media vida con él junto con sueños, proyectos e ilusiones,... ¡Ese amor no es real! ¿Cómo puede serlo? ¿Cómo va a serlo? ¡Es imposible!
 
El amor real, el amor verdadero, NO te abandona. El amor verdadero NO te deja de lado. El amor verdadero NO te da la espalda para irse con otra. El amor verdadero NO se acobarda. El amor verdadero NO te deja sola. El amor verdadero NO te engaña. El amor verdadero NO te deja escapar.
 
 
El amor verdadero te ama. El amor verdadero te escucha. El amor verdadero te cuida. El amor verdadero lucha por ti (y por tus hijos). El amor verdadero te abraza. El amor verdadero te entiende sin necesidad de hablar. El amor verdadero se adelanta a tus necesidades. El amor verdadero te habla. El amor verdadero te sonríe. El amor verdadero te apoya. El amor verdadero cuenta contigo. El amor verdadero es aquella persona que está siempre a tu lado. El amor verdadero es aquel que te prepara una cena íntima cuando te sientes derrotada. El amor verdadero es aquel que te abraza por las noches cuando te sientes abatida. El amor verdadero es aquel que te besa cuando se te agotan las fuerzas. El amor verdadero es aquel que te enjabona el cuerpo cuando sientes tus fuerzas agotadas. El amor verdadero es aquel que te prioriza. El amor verdadero es aquel que enciende una vela cuando quiere soñar contigo. El amor verdadero es aquel que abre una botella de vino cuando quiere celebrar su amor por ti. El amor verdadero te besa sin tocarte. El amor verdadero te ama sin restricciones, sin peros y sin preguntas.
 
 
Muchos de nosotros nos hemos engañado. Durante muchos años, demasiados, hemos creído estar viviendo nuestra verdadera historia de amor cuando, en realidad, lo que estábamos haciendo era prepararnos para poder vivir la real, la verdadera historia de amor que estaba por venir. Desde el principio, ese amor inventado estaba destinado al fracaso. Sin embargo, hemos aprendido de él. Hemos aprendido a vernos más hermosas y a querernos más. Hemos aprendido a saber lo que queremos y a saber con determinación qué no. Hemos aprendido a priorizar.
 
Y con ello, y casi sin darnos cuenta, nos hemos tropezado nuevamente con el amor. Pero esta vez el de verdad, el que nos hace vibrar, el que nos hace desear más, el que necesitamos para respirar. ¡Ese es el amor verdadero! Nuestro alimento y nuestro refrigerio. Una necesidad implorante que llena nuestro cuerpo por completo. Nos complementa y acrecienta al mismo tiempo. Nos da pasión, respeto, nobleza y confianza. Y siempre está ahí, a nuestro lado.
 
 
¿Habéis sentido vosotros ese tipo de amor? ¿Habéis conocido a vuestro verdadero amor? Abrid bien los ojos...
 

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