miércoles, 1 de octubre de 2025

Primera vez

Sin darme cuenta, incliné la cabeza y me dio un beso en la mejilla, y en ese instante, me sorprendí a mí misma. Era como si el tiempo se hubiera detenido, porque hacía más de veinte años que me negaba a un beso tan simple, tan genuino. Sin pretensiones, solo un acto de amor, de gratitud, de esa felicidad que no necesita palabras.