A mí me enseñaron que besar en la boca es un acto de afecto; hacer el amor, de confianza; y dormir con alguien, un acto de fe.
A mí me enseñaron que besar en la boca es un acto de afecto; hacer el amor, de confianza; y dormir con alguien, un acto de fe.
En este lugar que no sale en los mapas, donde el movimiento de las agujas del reloj no hace balance, donde el silencio vale mucho más que el ruido y frenar compensa, el mundo gira a un ritmo distinto. En este pueblo vuelvo a ser yo, y puedo respirar.
¿Alguna vez habéis repetido en vuestra cabeza una conversación que habéis tenido con otra persona una y otra vez? Yo sí lo he hecho, y definitivamente me tiro de los pelos cada vez que lo hago.