miércoles, 9 de abril de 2014

Sol, cremas y otros placeres estacionales


¡Por fin! Definitivamente, parece que la primavera ha llegado. Al fin, puedo disfrutar de un picnic con mis amigos en el campo, salir a pasear con mis perros al monte y comer helados sin que nadie me mire extrañado.


Disfrutar de un delicioso té helado, leer siendo arropada por los rayos del sol y tener las mejillas sonrojadas sin necesidad de maquillaje son una delicia que ansiaba disfrutar y que añoraba enormemente. ¡Al fin! ¡Al fin puedo disfrutar del tiempo primaveral!


Recoger flores en el campo, oler su fragancia y ponerlas en un florero en la mesa del salón. Tumbarme sobre la hierba, cerrar los ojos y dejarme arrastrar por el canto de los pájaros que vuelan sobre mí. Acercarme a un riachuelo, tocar el agua helada con la punta de los dedos y disfrutar de la sensación de libertad. ¡Qué maravilla la primavera! ¡Qué maravillosa experiencia!

La época de los enamoramientos, del cruce de miradas, de los besos robados, de las notas de amor, de los besos plasmados en un papel,... Es una estación cargada de sueños e ilusiones, repleta de esperanza, de ganas de hacer cosas, de saltar, brincar, reír, cantar. Es la época del desenfreno, de la ebullición en sangre. 


Me encanta la primavera. Me encanta lo que transmite. Me encanta que siembre tanta felicidad. Los niños no paran de jugar en los parques, las personas mayores -nuestros abuelos- pasean cogidos de la mano como un par de chiquillos, los jóvenes se roban besos apasionados escondidos tras los árboles, los padres disfrutan de algo de paz viendo a sus hijos disfrutar, los perros saltan y juegan con otros amigos peludos,... y yo, yo me siento en este banco del parque, me callo, escucho, sonrío y pienso: "¡Qué fácil parece todo! ¡Qué sencillo puede ser!", y me dejo envolver por esa indescriptible sensación de paz y sosiego que no logro alcanzar a explicar. Simplemente, me quedo allí, disfrutando del placer que me produce ver aquellas escenas, mientras saboreo un helado de vainilla al que no he podido resistirme. Simplemente eso. Disfruto. 

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