Vivimos en un mundo que se ha vuelto loco...
Vivimos en un mundo que se ha vuelto loco. Nos vendamos los ojos, tapamos nuestros oídos y sellamos nuestras bocas porque es más fácil mirar a otro lado que ver la desgracia frente a nosotros o en la puerta de al lado. Es más fácil ignorar que luchar. Es más sencillo ocultarse que luchar. Es más simple engañarnos y hacernos creer que nada malo ha pasado que luchar.
Vivimos en un mundo que se ha vuelto loco. Llaman a nuestras puertas para pedirnos ayuda. "Un kilo de comida para ti son diez kilos de comida para África" dicen. Pero, ¿y nosotros? ¿Quién nos ayuda a nosotros? ¿Quién llama a otras puertas por nosotros?
Vivimos en un mundo que se ha vuelto loco. A fecha de Septiembre de 2015, el paro en España ha alcanzado el 21,6%. Entre 2008 y el primer trimestre de 2015, se han iniciado en nuestro país 598.747 procesos de ejecución hipotecaria. La cifra de suicidios crece en España por tercer año consecutivo, siendo 3.870 las personas que se quitaron la vida en 2013; la cifra más alta alcanzada en los últimos 25 años. Un total de 78.785 españoles abandonaron España a lo largo de 2014.
Vivimos en un mundo que se ha vuelto loco. Me enerva la hipocresía de las personas. Odio los "voy a misa todos domingos" pero si puedo te pongo la zancadilla. Odio los "hay que ayudar al prójimo" pero con la boquita pequeña. Odio los "yo estaré ahí para lo que necesites" y, después de una llamada de urgencia, te dicen que "no es el momento", "ahora me viene muy mal" o "llámame mañana y hablamos". Incluso odios los "odio..."
Vivimos en un mundo que se ha vuelto loco. Vivimos en un mundo que debería analizarse, destriparse y recomponerse. Vivimos en un mundo que debería mirarse al espejo. Vivimos en un mundo que debería reiniciarse. Vivimos en un mundo que se ha vuelto loco...
Vivimos en un mundo que se ha vuelto loco. Los que nos "dirigen" nos piden comprensión en los reajustes salariales, en la subida de impuestos y la bajada de pensiones cuando ellos, a nuestras espaldas, están subiéndose los sueldos, imponiéndose unas dietas que podrían alimentar a todo un país y adjudicándose más coches oficiales de los que su doble moralidad debería permitirles.
Vivimos en un mundo que se ha vuelto loco. Nos importa más prohibir los abortos, penalizar la "mala" educación de los profesores a base de golpes y castigar la piratería con penas desorbitadas cuando lo cierto es que deberíamos inculcar a los padres a ser los responsables de la educación de sus propios hijos, filtrar la enseñanza a través de buenos profesores que inciten el aprendizaje y castigar con penas más duras y definitivas a violadores, asesinos, proxenetas, narcotraficantes y todo criminal de cualquier índole.
Vivimos en un mundo que se ha vuelto loco. Nos preocupa más cuál es la operación estética de última hora, qué equipo de fútbol ha ganado el mundial o qué ofertas destacarán más en el Black Friday que el hecho de que España encabece en la OCDE en "ninis" con más de 30% de jóvenes entre 20 y 24 años que ni trabajan ni estudian, que en nuestro país el año 2014 terminó con 51 mujeres asesinadas por violencia de género y 40 menores huérfanos, que España alcanzó en 2012 su pico más alto de mortalidad por tabaquismo con 60.456 fallecimientos y que la polución e hidrocarburos lastran el índice de calidad ambiental de España.
Vivimos en un mundo que se ha vuelto loco.
Vivimos en un mundo que se ha vuelto loco. Nos vendamos los ojos, tapamos nuestros oídos y sellamos nuestras bocas porque es más fácil mirar a otro lado que ver la desgracia frente a nosotros o en la puerta de al lado. Es más fácil ignorar que luchar. Es más sencillo ocultarse que luchar. Es más simple engañarnos y hacernos creer que nada malo ha pasado que luchar.
Vivimos en un mundo que se ha vuelto loco. Llaman a nuestras puertas para pedirnos ayuda. "Un kilo de comida para ti son diez kilos de comida para África" dicen. Pero, ¿y nosotros? ¿Quién nos ayuda a nosotros? ¿Quién llama a otras puertas por nosotros?
Vivimos en un mundo que se ha vuelto loco. A fecha de Septiembre de 2015, el paro en España ha alcanzado el 21,6%. Entre 2008 y el primer trimestre de 2015, se han iniciado en nuestro país 598.747 procesos de ejecución hipotecaria. La cifra de suicidios crece en España por tercer año consecutivo, siendo 3.870 las personas que se quitaron la vida en 2013; la cifra más alta alcanzada en los últimos 25 años. Un total de 78.785 españoles abandonaron España a lo largo de 2014.
Vivimos en un mundo que se ha vuelto loco. Me enerva la hipocresía de las personas. Odio los "voy a misa todos domingos" pero si puedo te pongo la zancadilla. Odio los "hay que ayudar al prójimo" pero con la boquita pequeña. Odio los "yo estaré ahí para lo que necesites" y, después de una llamada de urgencia, te dicen que "no es el momento", "ahora me viene muy mal" o "llámame mañana y hablamos". Incluso odios los "odio..."
Vivimos en un mundo que se ha vuelto loco. Vivimos en un mundo que debería analizarse, destriparse y recomponerse. Vivimos en un mundo que debería mirarse al espejo. Vivimos en un mundo que debería reiniciarse. Vivimos en un mundo que se ha vuelto loco...
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