Estos días son días para estar en familia, junto con la gente que queremos y que nos quiere, al lado de los nuestros, al lado de los que de verdad nos importan.
Los meses de Diciembre y Enero son fechas muy intensas por el significado que contienen, el potencial que acentúa nuestros sentimientos en estos días y, seguramente, muy probablemente, la montaña rusa de conmociones a las que nos vemos sometidos.
Debido al devastador recibimiento que tuvo la publicación Decir adiós a tu empresa con uñas rojas, del cual quiero daros las gracias a absolutamente todos los que me leéis (y seguís) y por petición vuestra a través de numerosos mensajes y correos, me he decidido por fin a escribir su relevo.
Cuando nos dicen que sólo usamos una décima parte de nuestra capacidad cerebral, que nuestro pensamiento es potencialmente creador, que podemos hacer realidad lo que pensamos e, incluso, que podemos comunicarnos telepáticamente de una u otra forma con otras personas pero nadie nos dice (o se atreve a decirnos) cómo podemos conseguirlo o cómo podemos desarrollar esa capacidad... parece que nos hablan de una utopía.