domingo, 26 de enero de 2014

¡Con lo fácil que es ser feliz... y lo difícil que lo hacemos!

 
Es en esta época del año cuando más te apetece hacer una escapada revitalizante, alejarte del trabajo, de tus problemas y recargar pilas. Por eso, cogemos el coche, esquíes y abrigo en mano, y nos vamos sin pensárnoslo dos veces destino a la sierra.
¿Qué mejor manera que pasar el día con la familia y amigos que en un cuadro níveo y puramente natural?
 
Yo, personalmente, me he dado cuenta de que hasta que no lo he hecho, no era consciente de lo que realmente necesitaba esta escapadita. Porque sí, amigos, estamos y vivimos estresados. El trabajo, los niños, las cuentas que no cuadran, la hipoteca, el fin de mes, el extra de la avería del coche,... ¡pueden con nosotros! Son demasiados problemas y nosotros no estamos luchando por todas esas cosas para no disfrutarlas, ¿no?
 
 
Así que, decidida, me he cogido lo necesario para pasar el día fuera, he encendido el motor del coche y me he dirigido a la sierra sin mirar atrás, sin pensármelo dos veces porque, si me lo pienso, no lo hago nunca.
 
¡Me encanta ver la nieve poblada de ángeles de carne y hueso! ¡Me encanta escuchar las risas de los niños que, curiosamente, en aquel lugar alejado de la ciudad, resuenan diferentes, más felices, más sinceras y más inocentes! Me encanta ver cómo mis perros se rebozan en la fría nieve para darle un bocado después y así refrescarse.
 
 
Yo disfruto de todas estas imágenes sentada en un banco, con una taza de té caliente entre mis manos (previamente preparada en un termo), y pienso: "¡Señor, con lo fácil que es ser feliz y lo difícil que lo hacemos!". Y me siento orgullosa de tener lo que tengo, de disfrutarlo (aunque sea pocas veces) y de poder contarlo. Y por enésima vez en este mes, me hago una promesa a mí misma: "Prometo y me prometo disfrutar las cosas bellas de la vida sin preocupaciones ni tensiones".
 
 
Así que, con este post, os propongo disfrutar, ser felices y olvidar. La vida está repleta de problemas que no podemos evitar, pero sí podemos hacerlos más llevaderos. Iros a la sierra, a pasar un fin de semana en una casa rural, a la playa,... ¡pero desconectad y recargad pilas! Vuestra mente y vuestro cuerpo os lo agradecerá...
 

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