sábado, 4 de enero de 2014

La estación más pura del año


 
El invierno es la estación más fría de año y, supuestamente, también es una de las más tristes, pues los días son más cortos y con menos sol, las noches parecen ser eternamente largas y las temperaturas son las más bajas del año.

Sin embargo, para mí, es una de las estaciones más gratificantes.
La sensación de frío rejuvenece la piel, el frío es una excusa para abrazar y ser abrazados con mayor frecuencia y el chocolate con churros está buenísimo. Además, es la estación perfecta para los complementos: bufandas, gorros, guantes, gafas,...

 
A diferencia del resto de las estaciones, el invierno te permite jugar a juegos divertidísimos, a compartir momentos inolvidables y a juntar a toda la familia y amigos con motivo de la Navidad. Me encanta esquiar, hacer muñecos de nieve y montar en trineo, pero también me gusta cantar villancicos y comer turrón. Me gusta abrazar a mi niño y sentir el calor que desprende su cuerpo. Y me encantan las cosquillitas que me hacen sus pies cuando nos metemos en la cama para descansar de un día agotador.

Esta estación del año es purificante, limpia y angelical. Me siento más en contacto conmigo misma y tengo ardientes deseos de hacer el bien, ayudar y compartir con los demás. Como me siento dichosa y afortunada, dedico todo un día a hacer pequeñas galletitas de figuras de niños y animalitos. Las decoro con muchísimo amor y las envuelvo en fino papel de gasa con un lazo color rojo. Después, las entrego entre las personas más necesitadas de amor con una notita curiosa escondida en su interior: "Ama y guarda", "Amor grande, vence mi dificultades", Amor con amor se paga",...
  
 
Esta estación es la que más venero. Ansío que llegue cuando se va y no deseo que termine cuando llega. ¡Es una estación de juegos y diversión!
 

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