Ayer tuve una noche curiosa. Estaba con mis perros y unos amigos en la calle cuando se nos acercaron dos niñas y un niño junto a un adulto. Las niñas eran sevillanas y estaban en Madrid de visita. El niño, su primo, que sólo alcanzaba la edad de seis años, vivía aquí.
jueves, 31 de julio de 2014
miércoles, 30 de julio de 2014
Normas básicas para correr
Me he dado cuenta de que hay que cumplir unas normas básicas antes, durante y después de correr y, sobre todo, cuando has tomado la decisión de empezar a hacer deporte. Por mi corta experiencia, yo creo que algunas de estas normas son las siguientes:
jueves, 24 de julio de 2014
Crímenes imperfectos
Rastrear lo llevo en la sangre. Desde niña, jugaba con mis amigos a investigar crímenes que o bien no existían o bien imaginaba con mucho fervor. Lupa en mano (o similar) inspeccionaba el suelo, las paredes, el techo,... buscando pistas que nunca encontraba o que yo misma dejaba.
martes, 22 de julio de 2014
Habla "chucho" que no te escucho
En mi trabajo, me he dado cuenta de la capacidad que tiene el ser humano para no escuchar, ignorar y encima intentar convencerte de que tiene razón, sea en lo que sea, todo en uno.
domingo, 20 de julio de 2014
El típex de las nuevas tecnologías
¿Dónde se habrá quedado la buena costumbre de acercarte a pie (sí, señores, ¡¡andandito!!) a casa de tu colega, llamar a la puerta (o gritar, según se diera) y charlar con él horas interminables compartiendo el banco de un parque cualquiera mientras una botella de 33cl de coca-cola (o sin ella, dependiendo de si era principio o final de mes) pasaba de mano en mano? ¿Dónde quedaron esos buenos ratos?
sábado, 19 de julio de 2014
Máquinas de trabajar
Todavía me asombra la capacidad que tenemos las mujeres para hacer más de dos, tres o cuatro cosas a la vez... y sin estupor. ¡Y encima lo hacemos bien!
viernes, 18 de julio de 2014
Afortunada
"Eres afortunada" me repiten constantemente, "no deberías quejarte tanto". Y no puedo evitar mirarles con los ojos fuera de su órbita natural y con la mandíbula en los pies.
viernes, 4 de julio de 2014
¿Es posible el amor de los 15 a los 40?
En mis tiempos (ja, ja, ja, me encanta decir esa frase), una se enamoraba pasados los dieciocho años. Las más aventajadas (pocas, o al menos en mi círculo) solían hacerlo con quince años o incluso antes (o de eso presumían las descaradas). Sea como fuere, cualquiera de esos amores, los 15 o los 18, eran tremendamente difíciles de describir. Simplemente, ¡zas!, ocurrían... y te volvían completamente lunática e irracional.
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