Ayer tuve una noche curiosa. Estaba con mis perros y unos amigos en la calle cuando se nos acercaron dos niñas y un niño junto a un adulto. Las niñas eran sevillanas y estaban en Madrid de visita. El niño, su primo, que sólo alcanzaba la edad de seis años, vivía aquí.
Tras pedirles que acariciaran a una perrita que tengo en casa por rehabilitación, comenzamos a hablar. La más pequeña, de ocho años, se llamaba Alba y su hermana, de diez años, Andrea.
Yo: Alba, ¿y cómo se llama tu primo?
Alba: Anthony, aunque todos les llamamos Antoni porque es más fácil. Bueno, mi tío le llama "café con leche" porque su madre es dominicana.
Hablando sobre los dueños de los perros que había allí...
Alba: ¿De quién es este perro?
Yo: Mío
Alba: ¿Y el que está tumbado?
Yo: También mío
Alba: ¿Y el chico que está sentado en el banco no tiene perro?
Yo: ¿Quién?
Alba: Pues el calvo
Yo: (entre risas) Ese es mi chico, así que todos mis perros son suyos también
La chiquilla conversaba tanto como una locutora de radio. Sobretodo, si hablábamos de ella...
Yo: ¿Y tú no tienes mote, Alba?
Alba: Sí, mi tío me llama "cuatro pelos" porque antes se me ponían cuatro pelos de punta.
Yo: ¿Y estáis de vacaciones en Madrid?
Alba y Andrea: Sí, con nuestro padre (el adulto que venía con ellos)
Yo: ¿Y mamá?
Alba (emocionada y al borde del llanto): Mi mamá está en Sevilla. ¡Uy!, casi lloro. A mi papá no le gusta que llore porque echo de menos a mi mamá.
Yo: Claro que no, Alba. Tienes que querer mucho a tu mamá pero no llorar por ella. Tienes que estar feliz.
Yo: ¿Y tenéis novio?
Andrea: No. En mi clase, son todos muy feos.
Alba: En mi clase hay dos Manus y un Ángel. Manu García, de chico, tenía las orejas de soplillo, pero ahora ya no. Las tiene pegadas a la cara. Y Manu Marín también es muy feo.
Yo: ¿Y no os gusta ningún chico?
Alba (vergonzosa): A mí me gusta Germán. Es el más guapo.
Andrea: Es muy feo, pero los demás son aún más feos.
Alba: ¿El chico que está sentado tiene novia?
Yo: Sí y además va a ser papá.
Alba: Es muy guapo. ¡Qué pena!
El chico del que hablaba tiene veintiocho años (veinte años más que ella) y forma parte de nuestro grupo canino.
Y con este tipo de preguntas estuvimos más de una hora. Elena, una amiga que estaba conmigo, y yo nos reímos un montón con ellos. Era refrescante un poco de inocencia y sinceridad en una conversación banal. ¡Gracias por una gran noche, Alba y Andrea!
¡Los niños siempre nos sorprenden con su punto de vista de la vida!
ResponderEliminar¡Cierto! No hay nada más refrescante como hablar con niños. Y las lecciones que nos dan...
ResponderEliminarEs que los niños nos sorprenden tooooodos los días!!!
ResponderEliminar¡Y que lo digas, Helena! Son una fuente inagotable de información... y divertidísimos.
ResponderEliminar¡Gracias por tu comentario!