jueves, 6 de noviembre de 2014

Desastre universal. Porque haberlos "haylos"

 
¿Nunca habéis esperado que ocurriese un desastre universal en un momento determinado de vuestra vida? Y cuando ha ocurrido eso, mientras lo esperabais, ¿no eráis incongruentemente precavidas? A mí, sí me ha pasado. Y os voy a explicar dónde, cuándo y... porqué, si es que puedo explicarlo.

 
El dónde
 
Generalmente, en el vestuario de mi trabajo. Y es curioso porque, desde que trabajo en esta empresa, el único desastre que podría considerarse universal fue un cambio de tarima que no nos afectó en ningún sentido a ninguno de los empleados y, si acaso, un charquito de agua por un grifo mal cerrado de los baños femeninos que, sea dicho de paso, tampoco nos afectó mucho. Bueno, a las señoras de la limpieza sí, que tuvieron que limpiarlo, pero a los demás... nada de nada.
 
El cuándo
 
En absolutamente todas las ocasiones, cuando me estoy cambiando de ropa. No sé porqué. La verdad es que no tiene lógica ninguna porque nunca me ha pasado nada cuando me cambiaba, pero curiosamente siempre me sucede y me sucederá (porque seguramente me pasará más veces) en ese preciso momento.
 
Aún le estoy buscando una explicación coherente a esto.
 
El porqué
 
¡Ni idea! No he visto películas tremendistas en los últimos tiempos y tampoco estoy traumatizada por algún desastre cercano a mi persona, así que la explicación coherente para este suceso no la tengo. Simplemente, me sugestiono (vete tú a saber por qué) y actúo. Es una tontería, lo sé, pero no puedo evitarlo.
 
 
Mi historia personal de "Desastre Universal"
 
Os voy a poner en antecedentes...
 
Un día cualquiera en mi trabajo (me ha sucedido ya varias veces), llego a los vestuarios, cojo mi uniforme de la taquilla y me cambio. Antes de salir para guardar mis pertenencias en la mencionada taquilla, fichar y ponerme a trabajar, voy al baño.
 
Ahí es cuando empieza el desastre universal...
 
No se porqué, cuando voy a ir al baño (antes de hacerlo, me refiero), cojo mi identificación de empresa; en donde viene reseñado mi nombre completo, mi cargo en la empresa y mi número de empleada. Y lo hago por una única explicación obvia en mi cabeza e ilógica en la realidad: por si hay algún desastre universal.
 
Os preguntaréis: "¿Y? ¿Qué tiene que ver un posible desastre universal con mi placa identificativa?" ¡Pues todo! Porque si hay un desastre universal (que no espero que lo haya. Crucemos los dedos), así podrán identificar mi cuerpo.
 
 
Sí, lo sé. Es una tontería muy tonta (valga la redundancia). Pero os aseguro que si no cojo mi placa de identificación antes de ir al baño, me siento indefensa, vulnerable y completamente desnuda. Y sólo puedo pensar: "Ale, justo hoy que no he cogido la dichosa plaquita seguro que pasa algo. Ya verás (todo estoy mientras estoy en el baño, ojo). Y yo sin identificación. Mira que si los dientes se quedan en nada después del desastre, no habrá forma humana de que alguien diga que yo soy yo. ¡Hay que joderse!". Y cuando salgo del baño, me pongo la plaquita identificativa en su sitio a toda prisa y respiro aliviada, por si el desastre al final viene, que nunca viene.
 
Y es que yo me pregunto: "¿por qué diantres me pasará esto?" Si hay alguien ahí que le encuentre una explicación lógica a mi ilógico comportamiento debido a mi alocado subconsciente, por favor, que me lo haga saber. Porque preocupada estoy un rato y, seamos sinceros, me pone en muy mal lugar como persona cuerda.  
 
A todos los psiquiatras del país (y del mundo entero, seamos precavidas), esto es... ehmmm, una tontería. Ya saben, escribo para entretenerme, nada más. Esto no es verdad. Ejem, sólo es una tontería que soñé un día. Sí, fue sólo eso (tosido, tosido y silbido para disimular).
 
A los demás, tened piedad y ¡abridme los ojos, por Dios! Y no, no veo Castle ni C.S.I. ni El cuerpo del delito ni nada parecido, así que no creo que sea eso.
 
 

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