Millones de euros

 

Una de las noticias más comentadas en estas semanas es el supuesto fraude del hijo menor de Jordi Pujol. Un supuesto delito que, sea dicho de paso, sacaría a nuestro país de la crisis, daría vivienda a más de quince mil familias o, incluso, alimentaría de por vida a muchísimas generaciones.

 

Sin embargo, yo me pongo a pensar y pienso. ¡Pobre Oleguer! Ya le están acusando con el dedo y lo  mismo el pobre ha ido ahorrando todo ese dinero a lo largo de su vida pues... quizás, quitándose de fumar. Sí, sí, con el precio que tiene hoy en día una cajetilla de tabaco, si dejas de fumar durante un año, te pagas las vacaciones en Marbella a todo lujo, incluso con tumbona en primera línea de playa. Y si ese dinero lo ahorras, en varios años te juntas con una fortuna.

 

Si a ese pequeño caudal le suma las monedas que se ha ido encontrando escondidas en el sofá, rebotando en el tambor de la lavadora o en el bolsillo de la chaquetilla que se puso el año pasado, se junta con un verdadero patrimonio.

 

 

Pero si, además, le suma las vueltas de lo que le sobra de comprar el pan (todos lo hemos hecho) y la paga que seguramente a este señor le dan en su casa, la fortuna son... bueno, quizás se acerque a los tres mil millones de euros que dicen que él ha defraudado.

 

Y sigo pensando que, al igual que Pablo Iglesias compra su ropa en el Alcampo, quizás el señor Pujol también compre la suya en algún supermercado similar. ¡O en el mismo! Y allí la ropa está muy barata, oiga, que ahorrar se ahorra y un montón.

 

Y que quede entre nosotros, pero si comes tres o cuatro veces a la semana filete de pollo a la plancha, el ahorro en el hogar es colosal. Quizás Oleguer conocía este dato. ¡Quién sabe!

 

Y es que somos unos mal pensados y tenemos ganas de acusar. ¡Cómo nos gusta!